La Violencia NO tiene Género
- Alex Negrete F
- 28 sept 2020
- 6 Min. de lectura
La violencia es un tipo de interacción que no distingue entre sexo, etnia, estrato social, especie o cualquier otra característica. Existen diferentes tipos de violencia que afectan a distintos grupos de personas en diferentes proporciones y es un grave error enfocarse sólo en un subtipo de violencia, como lo es la violencia hacia la mujer (también llamada violencia de género o “machista”).

En México y otros países de Latinoamérica es muy común escuchar frases como “nos están matando” o “a las mujeres nos matan por el simple hecho de ser mujer” , estas frases (y otras más) características de movimientos feministas que, en el peor de sus casos, alcanzan niveles de demagogia muy altos moviendo a masas enteras de mujeres y “aliados” feministas a luchar por esa “noble” causa social.
Enfoquémonos en el caso de México. México es un país en donde la violencia está a la orden del día, la gran mayoría de los homicidios los sufren hombres y en el 2019 de los 36,246 homicidios que hubo 32,372 fueron hombres y 3,874 mujeres (el año más violento en la historia moderna de México). Ahora, esto no es física cuántica, es completamente normal que, a dos grupos bien diferenciados como lo son hombres y mujeres, la tasa de criminalidad nos afecte de manera distinta.
Hay un argumento que a muchos les gusta decir: “la diferencia es que a los hombres los matan hombres, mientras que a las mujeres las matan hombres”. Empecemos por el hecho de que esa es una similitud, no una diferencia. En efecto, en México la gran mayoría de delincuentes que comete crímenes son hombres cuyos afectados, en general, son los mismos hombres. Y si bien esa información es correcta, muchas veces se utiliza para arrojar argumentos en el sentido de que si un hombre es asesinado por otro, entonces su muerte tiene menos importancia que si fueras del sexo opuesto, y se ve reflejado en comentarios como: “pues es que se están matando entre ellos” o “que se maten entre ellos”.
Haciendo énfasis en las causas, nos damos cuenta de que la delincuencia organizada, robos, peleas y competencia son factores que, en general, se encuentran más entre hombres, lo cual se explica por su naturaleza y balance hormonal, y estos son los principales factores que entran en juego en los homicidios hacia ellos; mientras que para las mujeres las causas están en torno a cuestiones de violencia sexual, ataque de celos y por ejercer poder sobre ellas. La criminalidad afecta de manera distinta a ambos grupos, y es evidente que los casos de violencia sexual los sufren en mayor proporción mujeres, mientras que los hombres padecen más por robos o delincuencia organizada. Ahora, concluir de todo lo anterior que: A la mujer se le mata simple y sencillamente por ser mujer ES UN ERROR. Analicémoslo:
Sí, es cierto, las mujeres se ven más afectadas en cuestiones que atentan contra su libertad sexual que en muchas ocasiones deriva en homicidios, pero esto no niega la existencia de hombres que, aunque sean una gran minoría, no padezcan de delitos en contra de su libertad sexual (práctica muy común en las cárceles, por ejemplo). No hay que olvidar que el resto de las categorías delictivas afecta en mayor proporción a los hombres (y en una menor proporción a mujeres), y nadie está diciendo que los hombres, víctimas de robos o delincuencia organizada , los hayan matado por el simple hecho de ser hombres al ser víctimas de eventos delictivos que, estadísticamente, impactan más a varones que a mujeres. ¿Sí captas la diferencia?

Existen violadores y acosadores, que en su mayoría son hombres, que buscan ejercer poder principalmente sobre la mujer (también sobre niños u hombres). Pero NO EXISTE el perfil de un hombre que salga a la calle a matar mujeres únicamente porque son mujeres, eso una falacia y no existe evidencia científica o estadística que lo respalde. Sirve muy bien para alimentar esa narrativa ideológica feminista, pero no está basada en hechos reales y no refleja la compleja realidad.
Decir: “a los hombres los matan más” es una realidad, y no se dice para invisibilizar la lucha feminista o desviar la atención de los medios. Hoy en día, la gran mayoría de las ideologías están basadas en el género, entonces estas corrientes identitarias hacen caso omiso de un hecho irrefutable: Históricamente la vida de los hombres ha valido menos que la de las mujeres.
Las mujeres nunca han tenido que arriesgar su vida, para ganar derechos sociales, en cambio el hombre siempre ha tenido que sacrificar su derecho a la vida, a cambio de derechos civiles, participando en batallas o guerras para ganarse un espacio o reconocimiento en la sociedad, desde la antigua Roma (en donde surge el derecho civil que hoy en día sostenemos). A la mujer nunca se le ha exigido un deber a cambio de un derecho, mientras que al hombre se le ha exigido, por ejemplo hoy en día, el servicio militar. Entonces, frases como: “La mujer y la Tierra no son territorio de conquista” cuando América fue conquistada bajo el mandato de Isabel la Católica, Estados Unidos fue conquistada bajo el mandato de la Reina Isabel I, gran parte de África fue conquistada bajo el mandato de la reina Victoria, deja en evidencia que no conocen su historia, y claro, no les conviene reconocerla porque entonces se les desmorona el discurso. Eso sí, sirve perfectamente para alimentar su narrativa demagógica.
Si el movimiento feminista se tratase verdaderamente de una equidad, ellas hubiesen sido las primeras en participar en las guerras, pero no, utilizaron al hombre como carne de cañón y no solo eso, algunas feministas de la primera ola en Londres promovieron prácticas como lo fue la Campaña de las plumas blancas durante los eventos de la Primera Guerra Mundial (y parte de la Segunda).
Tratar la delincuencia bajo una perspectiva de género no soluciona nada. Partir de la premisa de que los hombres como “especie dominante en un ambiente patriarcal” son responsables de sus propios actos y miserias y por consiguiente lo deben resolver entre ellos, es un sinsentido. Y no se trata de plantear una narrativa victimista hacia el hombre, pero sí enfatizar que, con las corrientes basadas en el género de hoy en día, hacemos un énfasis en los problemas que aquejan al sexo femenino pasando por alto la contraparte y si vamos a contar la historia, vamos a contarla completa.
Si el género se convierte en el foco de análisis bajo el cual se pretende combatir la delincuencia y estructurar una sociedad, entonces habría que hacer una reflexión histórica a profundidad.
Entonces, estos gritos de “nos están matando por ser mujeres” sólo son peticiones que pretenden tener un trato privilegiado sobre los varones por el simpe hecho de formar parte de una categoría denominada: “violencia machista”. Y están cometiendo un grave error queriendo aislar este tipo de violencia (que sí existe) del resto de los otros tipos, como si fuese independiente de un problema estructural que se vive en México, y otros países en mayor o menor proporción.
La solución debe ser global, combatir la delincuencia en su totalidad baja la tasa delictiva que afecta tanto a hombres como a mujeres, porque todos estos actos delictivos brotan de la misma fuente, una gran crisis de inseguridad y desigualdad. ¿En vez de enfocarnos en las consecuencias por qué no analizamos las causas?
El coeficiente de Gini en México es de 0.69 (medida que muestra qué tanta desigualdad vive un país), esto es un reflejo de una baja producción de riqueza, lo cual a su vez impacta en el crecimiento económico, acceso a oportunidades para mejorar la calidad de vida y así salir de la condición de pobreza.

Es por lo que, para muchos jóvenes, la delincuencia o prostitución (y las consecuencias que estos ambienten incluyen) se vuelven alternativas o necesidades para prosperar en un entorno carente de oportunidades. Esto explica los altos índices de criminalidad que tiene México. Y entre las principales causas que fomentan la violencia en México, ¡Oh sorpresa!, el machismo no se encuentra en ellas:

Luis Herrera-Laso M., Factores que propician la violencia y la inseguridad: apuntes para una estrategia integral de seguridad pública en México, CEI-Colegio de México, 2013
Estamos viviendo un problema sistémico, cuya principal solución debe ser integral (no aislada con una perspectiva de género). Centrarse en los feminicidios, como si fuesen algo independiente de un todo, es como ponerle un curita a una fractura de hueso expuesta, fomentar el discurso ideológico de que “a las mujeres las matan por ser mujeres” no lleva a ninguna parte, y a la larga conduce a una división entre ambos sexos cayendo en discursos binarios y entendiendo las dinámicas sociales como oprimidas vs opresores que generarán una mayor inestabilidad y fricción social a la larga.
Lo que México necesita son menos políticas de género identitarias y discursos demagógicos; y una mayor acción social integral. Monopolizar y politizar los términos de víctima y victimario no solucionan el grave problema de violencia que sufre México, porque en México no hay violencia estructural contra la mujer, hay impunidad total para todos.
Para entender toda la farsa detrás del enfoque de género feminista en cuanto a la violencia, les dejo un video de la activista británica Erin Pizzey, creadora del primer refugio para mujeres maltratadas en Londres llamado “Chiswick Women’s Aid”, quien más adelante se dio cuenta del negocio feminista y la contundente realidad de que la violencia doméstica es bidireccional, y no unidireccional como los medios nos tratan de convencer.
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