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Caso Roe vs Wade

  • Foto del escritor: Alex Negrete F
    Alex Negrete F
  • 25 jun 2022
  • 5 Min. de lectura

El día de ayer la Corte Suprema de los Estados Unidos de América derogó el famoso caso de 1973 Roe v. Wade removiendo el “derecho” al aborto a nivel constitucional. ¿Qué significa esto? Y más específicamente ¿Qué implica para México y el resto del mundo?




Un poco de contexto. A mediados del siglo pasado, en Estados Unidos, había algunos estados con leyes que regulaban e incluso legalizaban el aborto. Con la llegada a la Corte Suprema del caso de la mujer llamada Norma McCorvey la cual clamaba que estaba embarazada producto de una violación. El pseudónimo de Norma en el caso fue Jane Roe. Esto se llevó a cabo en el estado de Texas, donde el aborto era ilegal, cuyo fiscal de distrito llamado Henry Wade se oponía al aborto En el año de 1973, la Corte Suprema falló a favor de Jane Roe y definió a nivel nacional un derecho al aborto. Se le arrebató a los estados la capacidad de poder legislar ese asunto.


Ayer, 24 de junio, la Corte Suprema revirtió esa decisión. ¿Qué significa esto? Significa que la corte sostiene que no existe a nivel de la Constitución de los Estados Unidos de América un derecho a aborto y la autoridad para legislar en materia de aborto regresa a sus ciudadanos y sus representantes electos.


Hay dos mensajes que es fundamental aclarar porque toda la prensa y los medios de comunicación que, en su gran mayoría, son proaborto se van a alocar y empezarán a transmitir mensajes que no son ciertos:

Primero. Cuando dicen que la Corte Suprema les quitó a las mujeres la libertad y facultad de decidir por su cuerpo. Esto no es cierto, es literalmente lo contrario. El regresarles a los estados la facultad de legislar en materia de aborto es darles a los ciudadanos esa decisión, porque son ellos los que eligen a sus representantes. La corte les regresa ese poder. Ahora es cuestión de organizarse como ciudadanos para elegir al representante que más les convenga. Lo único que está haciendo la Corte Suprema está diciendo es que ellos no pueden sostener (ni deben) sostener un derecho al aborto que ni siquiera está estipulado en su constitución.


Segundo, La Corte Suprema no está prohibiendo el aborto ni criminalizándolo. No elimina ninguna legalización. Únicamente dice que es un tema de los estados, no de la federación. Hay estados más conservadores donde ya se tiene una sólida base de ideas y leyes, mientras que hay otros más liberales.

Nuevamente, eso lo deja en manos de los ciudadanos. Aquellos que están a favor del aborto en estados más conservadores, ahora es el momento para votar por sus representantes locales más que nunca. Para los pro vida, no significa que la lucha se acabó, simplemente pasó a ser un debate a nivel estatal. El tema sigue, y ahora más vigente que nunca. Es una victoria para aquellos que defienden la vida y la constitución de los Estados Unidos.


Un mensaje claro de esto, más allá de nuestras afiliaciones y posturas sociales, es que la Constitución de un país debe ser interpretada con base en los textos que la conforman, de una forma originalista, no con base en lo que un juez o grupo de jueces se imaginan que debe decir la constitución. Y este no es un tema que solo aplica para Estados Unidos, ese mismo escenario se vive aquí con el ministro de la SCJN Arturo Saldívar, quien interpreta a su parecer la Constitución. Y es fundamental entenderlo, bajo esa lógica e interpretación de las Constituciones como documentos cambiantes que viven y respiran”, el equilibrio de poderes se rompe y queda en manos de unos pocos, en este caso, los ministros de la Corte. Pueden sacarse de la manga cualquier derecho que no necesariamente esté estipulado en la, ya de por sí amplia, constitución mexicana.

¿Qué origina esto? Que no haya certeza jurídica para los ciudadanos porque ahora la justicia se interpreta bajo el filtro de los jueces que, al final del día, son seres humanos con sesgos y errores.


¿Esto qué implica para México? Técnicamente nada. Políticamente sí implica un cambio de tendencia. ¿Cómo se logra un derogamiento judicial? A través de un arduo trabajo político. Los conservadores fueron aprendiendo con la marcha, refinando sus posturas, aprendiendo como llegarle a la gente para unirlos a su causa, entendieron que la originalidad y mantenerse firme a sus posturas atrae más que tratar de ponerse una máscara de inclusión a través de la cual todos pueden ver (que es lo que hace el PAN en México). A la gente no le gusta que le mientan y no les gusta los convenencieros o farsantes. Eso les permitió construir una fuerza política y mandar a candidatos con fuertes perfiles a la Corte Suprema por sus propios méritos y con una ideología conservadora firme. La señal y el mensaje es claro, el punto es si los líderes aquí en México lo captan o no.


La gente que dice que “el día de ayer se le dio un golpe a las libertades” o que “Estados Unidos regresó a la edad media” dejan en evidencia que no saben de libertades ni de la edad media. En sentido técnico y jurídico, no hay nada más libre que los propios ciudadanos decidan mediante la elección de sus propios representantes las legislaciones en materia de aborto. Esa es la esencia de la democracia en su sentido etimológico. A nadie se le está quitando libertades, simple y sencillamente cada estado dará su respuesta, más o menos restrictiva, como resultado de su propia lucha interna.


Hay mucho por aprender y entender aquí en México, hay que aprender a persuadir, a liderar, a cabildear a hacer lobbying. Los ministros de la corte deben conocer la Constitución y aplicarla tal cual es y no como les gustaría que fuera. Y nosotros como ciudadanos debemos aprender a hacer entender a nuestros representantes las consecuencias del compromiso. Donald Trump, como hombre de negocios y político lo entendió mejor que nadie. Él sabía que para ganar poder y seguidores de la derecha estadounidense tenía que comprometerse con grupos conservadores y religiosos para defender la vida y otros ideales afines a su ideología y lo hizo, cumplió. Esa es la política, acuerdos, estrategias. A pesar de él haber sido pro aborto por muchos años.


Esa es la lección que nos queda a todos de este lado de la frontera, sin importar tu bando. Las leyes y derechos están estipulados no son cosas que se inventan de la nada. Si queremos que un anhelo se convierta en un derecho entonces tenemos que llevar la lucha hacia la Suprema Corte de Justicia para que se modifique la constitución. Es un camino más laborioso, pero de esa forma no colapsa el, ya de por sí frágil sistema de justicia de México.

 
 
 

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