La Gatellmanía
- Alex Negrete F
- 12 abr 2020
- 3 Min. de lectura
En los últimos días el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud en México se ha vuelto todo un personaje en las redes sociales y un referente para la gran mayoría. ¿Qué es lo que ha hecho este epidemiólogo que hasta hace unas pocas semanas no era tan conocido?

De ser un desconocido se ha vuelto el capitán del barco en esta pandemia
del Covid-19, todos los días se habla de él, en las noches aparece en la televisión. Todos escuchan lo que él tiene que decir porque es el foco de atención.
Mucha gente duda de su credibilidad por el hecho de pertenecer a un partido político el cual ha dejado mucho qué desear, mientras otros lo ponen en un alto pedestal como una especie de héroe. Habría que entender el contexto bajo el cuál se está dando este fenómeno. El hecho de que sea visto como un líder parte del simple hecho de que el presidente no da el ancho y se refleja en una falta de liderazgo.
López-Gatell es como un contraste a López Obrador, es un tecnócrata, una con un historial académico muy amplio, relativamente joven, elocuente y, en general, se aprecia como una persona pragmática. Y en una crisis a nivel mundial donde abunda la incertidumbre es justo y necesario tener un guía, un líder que ayude a solucionar el problema, y más aún cuando su figura contrasta contra la del gobierno actual liderado por un presidente irracional.
El problema con este personaje (y no es nada personal), más allá del gran impacto mediático que ha tenido, es que su margen de maniobra queda muy reducido, él forma parte de las múltiples variables que el gobierno utiliza para frenar la epidemia en México, sin embargo, él solo tiene que conformarse con las restricciones que son consecuencia de un gobierno cuyo poder está concentrado en el presidente. Se observó en los informes cuando dijo que AMLO posee una “fuerza moral”, este tipo de alabanzas se entienden, se tiene que quedar bien con e mando ejecutivo para ratificar el cargo y tener un mayor margen de maniobra.
Por más medidas que López-Gatell quiera implementar lo rebasa la ausencia de política económica en cuanto al Covid-19, el mismo rol del presidente, el estado actual del sistema de salud que conlleva a la gran falta de recursos en los hospitales de México y el rol de la ciudadanía, que presenta una alta tasa de comorbilidad (diabetes, hipertensión, obesidad), para quedarse en cuarentena que ha dejado mucho que desear ya sea por negligencia o por necesidad. Él no puede controlarlo todo, y todos estos factores rebasan la capacidad de su estrategia planteada.
Todo lo aprendido de modelos de países desarrollados lo tiene que aplicar a las condiciones actuales de un país tercermundista y así, el panorama económico y sanitario para México no es favorable. Puede que él haga su mayor esfuerzo y un trabajo impecable, pero al controlar tan pocas aristas de este problema, puede que todo termine en tragedia. Es iluso pensar que esta pandemia se solucionará por el simple hecho de tener a un hombre que tiene la capacidad de plantear una buena estrategia sanitaria, es necesario contribuir como ciudadanos y que no exista tanta corrupción e impunidad en las instituciones mexicanas (pero esa es otro problema aún más profundo).
Tampoco es sano creer que López-Gatell es una especie de superhéroe o santo que nos librará de todo mal. Es un funcionario que está haciendo su trabajo con profesionalismo (a mi parecer), esto no significa que no haya cometido errores. En general, el trabajo que está haciendo López-Gatell es lo que se debería de esperar de cualquier otro funcionario y el mismo funcionario pero en vez de ser la regla, tristemente es la excepción.
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