"Cuties" es una basura, pero...
- Alex Negrete F
- 22 sept 2020
- 4 Min. de lectura
La película francesa de “Cuties” ha generado mucha polémica los últimos días, provocando acusaciones de promover la pedofilia en las niñas. Hay otros que la defienden alegando que es una crítica. Me tomé la molestia de verla y aquí están mis conclusiones:

Esta película ha hecho algo que ningún movimiento político ha hecho en años, unir a conservadores, liberales, religiosos, feministas y progresistas a una causa común: condenar a un filme, porque, dicen, promueve la pedofilia. Días después de su estreno, la directora Maïmouna Doucouré desmintió las acusaciones diciendo todo lo contrario: que la intención de su filme es , más bien, condenar la sobresexualización de los niños.
LO MALO
¿Quién tiene la razón en esta polémica? Ya que vi el filme, puedo ver que, efectivamente, el argumento es dar una crítica de las causas que conllevan a la sobresexualización de los niños, pero al mismo tiempo parece promover la misma con las escenas explícitas que presenta la película, lo cual nos lleva a un sinsentido ya que pareciera que quieren mostrar lo malo de la sexualización de los niños sexualizándolos. ¿Me explico?
En resumidas cuentas, la cinta narra la historia de Amy, una niña que forma parte de una familia musulmana que reside en Francia. Ella, ante la asfixiante realidad que impone su cultura, en especial para las mujeres y al verse reflejada en su madre en un futuro no muy lejano, logra una forma de rebelarse o “liberarse” de esa cultura “opresora” al encontrarse con un grupo de amigas quienes tienen un gusto por el género del twerking, lo cual rompe con el estereotipo al que Amy estaba acostumbrada.
Y escribo “liberarse” entre comillas porque paradójicamente Amy cae en las garras de una cultura que la hace renunciar a su niñez prematuramente y precoz envolviéndose en una cultura de consumo en donde la mujer, mediante la sensualidad de su cuerpo, busca obtener aceptación y reconocimiento por parte de la sociedad.
Hablar de la sobresexualizaión de los niños no tiene por qué ser un tema tabú, porque es una realidad. Y el cine siempre ha sido una plataforma para enviar mensajes subliminales (en mayor o menor medida), y no veo mal que el mensaje sea en contra de esta realidad. No obstante, existe una difusa línea en la que aquello que se expone como indeseable se termina promoviendo de alguna forma. Y aquí radica el problema con “Cuties”, a pesar de que la postura crítica que quisieron tomar en contra, en su ejecución se sobreexpone la sexualización de las niñas a tal grado que ese mensaje o crítica termina pasando a un segundo plano. Y no es algo que sea mi opinión, se deja en evidencia con las tomas a las niñas en varias partes de la película.
Si ponemos en la balanza varios factores y hacemos un análisis beneficio/riesgos, nos damos cuenta de que entran en juego cuestiones éticas y morales, en primer, lugar las actrices son menores de edad y el hecho de que su sexualidad haya sido explotada con fines comerciales, inclusive con el consentimiento de sus padres (me gustaría creer), es un acto reprobable. Segundo, aunque el argumento de la película presenta a la sexualización de menores como algo malo, las escenas logran ser bastante provocadoras, estoy seguro de que a muchos pedófilos les agradó muchísimo y termina acumulando audiencia desde el plano de lo sexual.
Y Netflix está contra la espada y la pared para poder librarse de esta, al usar esta película como un stunt publicitario, termina tomando una postura a favor de la sobresexualización de menores porque ya hubo un uso de ellas con fines publicitarios. No tiene justificación ética.
Poniendo a un lado los dilemas éticos y morales, la película en sí es mala. Me pareció bastante aburrida y he de confesar que la terminé de ver para poder redactar esta entrada más que por gusto. La trama no es memorable, las actuaciones no sobresalen, eventos inverosímiles (casi nada de lo que Amy hace tiene consecuencias). Lo más rescatable es el final, que nos dan una especie de moraleja ya que Amy termina encontrándose a sí misma en un mundo en donde no se siente a gusto, tanto lejos de la opresión de la cultura musulmana como de la sobresexualización, e una escena en donde termina simplemente saltando la cuerda comportándose como lo que es: una niña.
SIN EMBARGO
Ya he escrito con anterioridad que no soy simpatizante de la cultura de la cancelación que abunda en estos tiempos, pero sí creo que las críticas hacia Netflix son válidas y éste debe recibirlas y comprenderlas para que así tome mejores decisiones en un futuro. Y sí tuvo efecto, porque al entrar en la interfaz no se ve la película, se tiene que buscar.
Ahora, en torno a todo el escándalo que se armó en redes sociales, hay cosas que no me terminan de cuadrar. Y no es el hecho que se critique a la película o no, pero la sobresexualización infantil ahí está, muchas veces ante nuestras narices. Entiendo que la película genere indignación, pero muchas cosas suceden a diario involucrando a menores que deberían causar igual, sino es que aún más.
¿Cuátnos niños o niñas no hemos visto perrear en fiestas, plazas u otros lugares públicos? ¿Acaso no muchos menores de edad suben fotos “candentes” a Instagram o videos provocativos a la nueva plataforma de TikTok? Y ni se diga de los casos de pedofilia, pornografía infantil o trata de menores, porque existen. Y sonaré políticamente incorrecto, pero la sexualización de menores no es algo raro o nuevo y muchas veces no parece inmutarnos, simplemente hoy en día es más evidente gracias a las redes sociales. Y en realidad, son pocos los que hacen algo al respecto.
La película es tan solo la punta del iceberg del mundo de la sexualización infantil que está presente y cuyas principales víctimas son los niños y niñas.
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